Fin de semana tranquilo, a bordo del Faluca II. Justo entre dos puentes en Madrid, y con poco tráfico hacia Levante. El mar, apto para todo tipo de sensibilidades y estómagos. Fuimos con mar de popa casi toda la travesía, y el viento tampoco nos dejó exprimir al máximo el velamen. El objetivo de este fin de semana (ir un poco más allá en probar nuestras capacidades marineras estando “al mando”) se cumplió sobradamente: fondeos (y desfondeos) exitosos a la primera, noche fondeados en cala, embarcación auxiliar con motor, atraco en boya, e incluso baño en alta mar (si no sopla viento de navegar, es que hace tiempo de bañarse).
Siguiendo los consejos de un gran conocedor de la zona, salimos de Denia, y paramos a comer en Granadella (1), una cala espectacular y que yo sólo conocía por Instagram (y sin haberlo preparado, me ha salido un pareado), para seguir la travesía hacia el Sur y fondear en El Portet (2) en Moraira. Al día siguiente, vuelta hacia el norte, baño a un par de millas de tierra (el mar era una piscina de agua salada), y rumbo a Jávea a practicar atraque en boyas (3) y comer. Por la tarde, tras cruzar el cabo de San Antonio, por fin subió el viento (en el puerto esto no parecía tan buena idea), e hicimos un par de virajes por aquello de ponerle un poco de salsa, a puerto y de vuelta a casa,
La nomenclatura es uno de los primeros escollos que encontramos cuando nos introducimos por primera vez en cualquier tecnología o ambiente, como puede ser una ciencia o una empresa. Éstas tienen hoy en día cientos de acrónimos que hacen que el primer día parezca que te hablen en chino. Afortunadamente esta sensación de confusión desaparece tras un breve espacio de tiempo (uno o dos meses), en el que te descubres utilizando todos los acrónimos de forma natural, e incluso inventando algunos nuevos. Con la tecnología o la ciencia, ocurre lo mismo, ¿quién no ha oido hablar a dos médicos entre ellos y que un 40% de las palabras que usan no tengan ningún sentido aparente (salvo que tú también seas médico)?
En Náutica ocurre exactamente lo mismo. Todo tiene un término específico, y te das cuenta enseguida… Algo tan básico y extendido (aunque no dominado por toda la población, aunque eso es otro cantar) como derecha e izquierda, o delante y detrás, pasan a denominarse en ambientes marineros como estribor, babor, proa y popa. Pero lo curioso de este tema es que hay una enorme cantidad de expresiones que usamos en nuestro lenguaje (más o menos) diario que tienen, bien un origen, bien un uso mucho más común, en Náutica.
Una expresión bastante común es decir que algo se ha ido al garete para querer decir que se ha echado a perder, que es bastante parecido a su significado náutico: una embarcación al garete es aquella sin gobierno, la que está a merced de las olas y el viento y su tripulación no puede hacer nada para corregirlo, generalmente por una avería a bordo.
Capear es otro término interesante. Aunque su origen es de capa, y nos recuerda más al ámbito taurino (capote) que al marinero, lo usamos coloquialmente más dentro de la expresión capear el temporal. Esto básicamente es hacer lo necesario para, como dice la acepción 7 de la RAE, “sortear el mal tiempo con adecuadas maniobras”. En el lenguaje común el temporal es cualquier situación difícil o comprometida, y utilizamos “capear el temporal” metafóricamente.
Las embarcaciones de vela en ocasiones navegan a palo seco, es decir, con las velas recogidas, bien por una avería o por una decisión del patrón. Esto ha pasado al lenguaje común para referirse a estar sin comer ni beber (“me tienen aquí a palo seco”) o, también muchas veces utilizado con comida, para referirse a que se toma algo sin ningún tipo de aderezo o complemento… sin velas.
Cuando decimos que alguien ha tocado fondo, queremos decir, según la RAE, que ha llegado al límite de una situación desfavorable. Una embarcación que toca fondo (real, el del mar) significa que navegaba por aguas someras y parte de su casco ha tocado el suelo marino, posiblemente encallando y con algún daño adicional.
Otro término relacionado con el del fondo es el calado, que en una embarcación es la distancia vertical que queda por debajo del nivel de agua. Fuera del agua, seguro que habéis oído, especialmente con la crisis, que hace falta tomar medidas/reformas de calado, lo cual no quiere decir más que dichas medidas/reformas deben ir a lo más profundo del sistema.
Por último, largar es otro de esos verbos, que como el huevo y la gallina, no sé qué fue antes. En la actualidad, largar se utiliza principalmente para decir de forma coloquial echar o despedir a alguien. En Náutica, largar se utiliza como utilizamos “soltar completamente” en lenguaje ordinario, se largan las amarras, los cabos, las velas, …